Tumbando caña

INMORAL, PERVERSO Y REPROBABLE LUCRAR

CON EL DOLOR DE LOS HERMANOS ACAPULQUEÑOS

Como es del dominio público, son graves los daños materiales, pero también decenas de pérdidas humanas, que produjo (principalmente en Acapulco) el despiadado y catastrófico huracán Otis, con una solidaria reacción inmediata de la población civil, como siempre ocurre en este tipo de desgracias, pues son los propios vecinos y familiares de las víctimas quienes acuden primero en su auxilio, después comienzan a llegar al lugar de los hechos las beneméritas ambulancias y paramédicos, para posteriormente hacer acto de presencia las autoridades de los tres órdenes de gobierno, algunos para posar y enviar sus fotos a los medios de comunicación y a las redes sociales…Me permito señalar que la primera institución en solidarizarse con los afectados fue la Universidad Autónoma de Guerrero, apoyando intensamente en las labores de rescate y ayuda humanitaria a través de un equipo numeroso de médicos, enfermeras, ingenieros, arquitectos, valientes jóvenes de protección civil y miles de voluntarios entre trabajadores y estudiantes de la Máxima Casa de Estudios, dedicados a elaborar y a repartir despensas casa por casa de las familias damnificadas, bajo la coordinación personal del Rector Javier Saldaña Almazán…También el pueblo de Chilpancingo reaccionó oportuna y emotivamente, lo mismo que de otros puntos de la entidad y de México, pero, ese noble gesto solidario y espontáneo fue obstaculizado inconstitucionalmente por el glorioso Ejército Mexicano, ya que en un principio la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se posesionó de manera arbitraria y amenazante de la generosa ayuda popular que era enviada al puerto de Acapulco; existiendo evidencias y testimonios…Fue el secretario General de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, quien informó que los víveres y demás productos sólo podían entrar a las zonas siniestradas en vehículos militares y distribuidas por el Ejército: “se estará reorganizando y se estará concentrando con vehículos del Ejército, con tráileres del Ejército hacia Acapulco, para su distribución ordenada (las despensas), en los diferentes puntos donde se requiera”, por indicaciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su mañanera acostumbrada desde Palacio Nacional confirmó que esa tarea quedaría en manos de las Fuerzas Armadas: “ya tenemos experiencia en estos casos, queremos que la distribución de las despensas las haga la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina, no las autoridades civiles ni del Gobierno federal, ni del Gobierno estatal, ni del Gobierno municipal y mucho menos organizaciones sociales no gubernamentales o de la sociedad civil. En forma directa se va a atender a todo el pueblo, a todos los damnificados de Acapulco”, aseguró López Obrador y esperamos que así sea, porque muchas de las promesas de los políticos no se cumplen y otros ayudan con fines electoreros; una actitud perversa, inmoral y reprobable, no se vale y si en realidad quieren aportar ayuda que lo hagan anónimamente, sin que sus equipos de campaña lucren como aves de rapiña, compartiendo fotos de sus patrones -con su nombre y apellidos- repartiendo despensas…“Cuando le des a los necesitados, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. ¿O usted qué opina, mi estimado lector?