Ando pensando en cambiar el refrigerador de mi
casa y la estufa así como algunos muebles de la cocina,
pues ya todo está para llorar…
Buscaré una estufa sin modernidades, que
encienda sin mayores problemas y con horno
para que mi nieta haga pasteles quemados o
galletas tiesas…
Y no crea Usted que la estufa se va a cambiar por
usarla mucho. Yo creo que se acabó por falta de uso,
pues Doña Mary, la señora que me hace el favor de
trabajar conmigo, apenas y la usa…
Yo me hubiera casado con una de esas mujercitas
mexicanas que guisan en el comal con su leña, saben
hacer tortillas de mano y salsa en molcajete…
Pero mejor no sigo hablando pues con los años ya
me acostumbré a la comida de Mary y en serio que
me como lo que me sirve, sin importar si está crudo,
quemado, sin sal, si las papas están hechas puré o
tan tiesas que parecen jícamas o si el arroz está como
engrudo o quemado…
No se me olvida que mi suegra Doña Marina Gallardo,
(que en gloria esté) se compadecía de mí y a
veces me invitaba a desayunar unos exquisitos huevos
con chile guajillo (que era lo único que sabía
guisar)…
Es todo. Héctor García alvarez