Al menos mil pesos son necesarios para colocar una sencilla ofrenda de Días de Muertos
La colocación de una tradicional ofrenda de Día de Muertos para recordar a los familiares que se han adelantado en el camino podría tener un costo de al menos mil pesos ante los elevados costos que tienen los productos que se utilizan.
Cuestionada al respecto, una ama de casa comentó que al comprar algunos de los productos que colocará en su ofrenda precisamente se gastó al menos mil pesos, aunque aclaró que no compró todo lo que hubiera querido por los elevados precios, además de que hay algunas cosas “especiales” que al difunto le gustaban cuando estaba con vida como son un atole en particular, chocolate, cigarros de determinada marca, cervezas o mezcal.
Al hacer un recorrido por el mercado central “Baltasar R. Leyva Mancilla” se pudieron corroborar los precios que tienen algunos de los productos que tradicionalmente se colocan en las ofrendas de Día de Muertos.
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Por ejemplo, la mandarina cuesta 35 pesos el kilogramo; la jícama, 50 pesos; ciruela, 30 pesos; las flores de terciopelo, entre 20 y 40 pesos un “manojo”; las cadenas de cempaxúchitl cuesta 25 pesos, una cacerola de pétalos de esta flor cuesta 25 pesos, mientras que el ramo de esta misma flor tiene un costo de 25 pesos
Asimismo, la calabaza puede alcanzar un precio de 60 pesos y a eso se suma el piloncillo para hacerla en la tradicional “coserva”; la guayaba alcanza un precio de 35 pesos el kilogramo mientras que las veladoras van de los 15 pesos las más chicas hasta 130 las más grandes, lo que incrementa considerablemente el precio de la ofrenda.
Por su parte, los precios del tradicional “pan de muerto” oscilan entre los seis y los 50 pesos, dependiendo el tipo y tamaño del mismo, esto ante el incremento de las materias primas como el huevo, azúcar y la propia harina que en esta temporada suben.
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Pese a esta situación las amas de casa aseguran que no dejarán que la tradición del Día de Muertos muera, porque se trata de un recuerdo de quienes se han adelantado en el camino y que año con año regresan para deleitarse con lo que en vida les gustaba.
Por lo anterior, a pesar de los elevados precios, el mercado central luce lleno de personas que acuden a comprar los productos de estos días festivos mezclados con los “fuereños” que provienen de Acapulco para surtirse de víveres ante la tragedia que dejó el huracán “Otis”.
Fotos: Baltazar Jiménez Rosales